martes, 2 de noviembre de 2010

DONDE ESTABAS CORAZÓN

Una noche me desperté y no te hallé a mi lado. Corrí en tu busca más no te hallé y mis brazos no encontraron consuelo. Entonces esperé tras la puerta tu regreso, pero pasaron los días y el desconsuelo de mis brazos corrió por todo mi ser llegando a mi corazón. Recogí algunas de mis lágrimas para no olvidar nunca el dolor tan grande que provoca tu ausencia. Corrí por estériles campos buscándote bajo un sol abrasador, más mi esfuerzo solo sirvió para ensangrentar mis pies y secar mis labios. Pregunté a la oreja de mar por si había oído hablar de ti, pero como no tenía boca no supo darme explicaciones. Surqué los vientos en busca de tu aroma pero olvidé que no se volar y las heridas que provocó mi caída fueron profundas. Consulté a las rosas y me pinché en la esperanza. Cada noche, en mi soledad, no hallaba mas que un vacío nuevo en mi corazón. Grité tanto y tan fuerte llamándote en la oscuridad que perdí también la voz. En el silencio, no escuché más que al silencio. Y tomé una decisión. Recorrería los países en busca de las gentes más felices, pues comprendí que a su lado estarías. No hay mayor felicidad que tu compañía. Metería en mi maleta lo único que necesitaría para encontrarte paciencia, constancia, mi dolorida esperanza y todo el amor que había ido juntando durante tu ausencia, para dártelo cuando te encontrara. Al abrir uno de mis cajones observé algo que había estado siempre conmigo y en lo que no había reparado.
TU RECUERDO.

Fue tan grande él sentimiento que invadió mi corazón,..., Y así fue como comprendí que nunca te habías ido de mi lado. Sencillamente fuiste en busca de nuevas aventuras para comprobar que no hay mayor aventura que la que tu y yo vivimos cada día y ,...,
CADA NOCHE




Autora: Nuria L. Yágüez

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