Riete cuanto quieras
que ahora mi corazón descansa.
A mi me queda esperanza,
a ti sólo risa, y es falsa.
Riete cuanto quieras
que hoy por fin comprendí,
que cada risa que brota de tus labios
es una lágrima que lloras por mi.
Riete cuanto quieras
que a mi el dolor se me pasará
pero la indigestion mental que tú tienes
no te dejará jamás.
Autora: Nuria L. Yágüez