domingo, 24 de junio de 2018

YA ESTOY DE VUELTA

No podía creerlo se encontraba otra vez en medio de aquella encrucijada, sin saber cómo había llegado.

La última vez se había prometido aprender el camino y creía haberlo aprendido, sin embargo la realidad le decía no era así. Miro a su alrededor y comprendió que había pintado todo de los colores que ella siempre quiso ver, pero había regresado al mismo punto de siempre. 

La trampa era la misma. 

Esta vez había buscado con cuidado cada una de las cadenas que necesitaba para no huir aferrándose a ellas. No solo no había escusas, sino que además había cerrado con rejas los dos caminos que le permitirían marcharse, el de vuelta atrás y la huida hacia delante. 

Se llevó las manos a la cabeza.  

Sintió ese miedo a sí misma tan fácil de reconocer para ella. La historia se repetía. Cerró los ojos, miró hacia otro lado, y dejó que se repitiera hasta el final. 

Estaba tan acostumbrada a los golpes que ya apenas dolían.


Teléfono contra el maltrato 016

No dejes nunca de pedir ayuda.
No eres la culpable
La culpa siempre es del que agrede


Autora: Nuria L. Yágüez



2 comentarios:

Ana dijo...

Que se mueva, que no espere que luego pasa lo que pasa. A los golpes no te acostumbras nunca. Y no solo es que siempre duelen es que al final llegan a matar. LUCHA

Ana

Alberto López Yepes dijo...

Es verdad que a veces vemos las cosas con el color que nosotros mismos ideamos.
Pero nunca jamás hay que cerrar los caminos, sobre todo el de seguir hacia adelante, para poder continuar cuando no son los colores que vimos en un principio.
El de marcha atrás siempre lo tendrás abierto, que es el de vuelta a casa.
Besos mi niña.